Yo lo estaba v
iendo. Estaba frente a
TYC Sports un 5 de julio del 2003 cuando un niño de 15 años, de apellido Agüero, y de nombre Sergio Leonel, ingresaba a la cancha. Jugaba Independiente y San Lorenzo y el mocoso entraba a defender la camiseta de su rojo querido, del
Rey de Copas. Debutaba la gran promesa del fútbol argentino.
Yo lo estaba viendo. Estaba frente a
Fox Sports Premium un 22 de marzo de 2005 cuando un niño de apellido Sánchez y de nombre Alexis, con apenas 16 años a cuesta, se paraba del banco para saltar a la cancha del Municipal de Calama. Copa Libertadores. Cobreloa y Once Caldas. El niñito nacido en Tocopilla entraba a defender su naranja amada, la de los
Zorros del Desierto. Debutaba la gran promesa del fútbol chileno.
A los 16 yo sólo miraba televisión. No me perdía capítulo de
Los Goleadores. A esa edad Sánchez, también llamado el
Niño Maravilla, ya era el máximo anotador de Cobreloa. También seguía con devoción las aventuras de Oliver Aton en
Los Súper Campeones. A los 16 años Sergio Agüero, también apodado
Kun, ya levantaba el trofeo de campeón mundial sub 20 en Holanda, el año 2005.
Sánchez y Agüero nunca se han topado en una cancha de fútbol, ni mucho menos afuera de ella, pero en los diarios y revistas aparecen en la misma sección: la figura de la fecha, el mejor gol de la semana, jugador revelación del campeonato o el mejor jugador del partido. Pero no es lo único que comparten. Ambos ya están vendidos a Europa. El chileno al Udinese en 2 millones de dólares. El argentino al Atlético de Madrid en casi 40 millones de los billetes verdes. Uno nació al este de la Cordillera de los Andes y el otro al oeste. He ahí la diferencia. Los equipos de ambos jugadorcitos en edad, jugadorazos en categoría, juegan este domingo contra el cuadro más popular de su país. Cobreloa lo hace contra Colo Colo e Independiente frente a Boca Juniors. Ni el pibe de Tocopilla ni el cabro chico de Avellaneda podrán jugar...
Sergio Agüero llegó a la quinta amarilla en la fecha recién pasada y se quedó sin jugar el clásico de este domingo. Lloró. Regó de lágrimas la cancha de Olimpo de Bahía Blanca porque sabía que ese pudo ser su último partido con la camiseta del rojo. Podría reaparecer en la última fecha, pero a él no le interesa despedirse jugando de visita y teme lesionarse y quedarse sin el contrato que le asegura el futuro. La única manera que actúe este domingo, en su cancha, es que un compañero de equipo se lesione durante la semana. Así el
Kun podría aparecer de titular, dejándole su suspensión por amarillas al compañero lastimado. No sería extraño que el sábado aparezca lesionado el tercer arquero del club...
Alexis Sánchez ya hizo las maletas para partir a Udine. Se fue de un día para otro a Italia y
no pudo despedirse de su hinchada como él quería. Una cláusula en su contrato le impide seguir jugando en Cobreloa por miedo a una posible lesión. No lo iban a dejar actuar por la selección, pero el diálogo con los dirigentes italianos permitió que finalmente se pusiera la roja en el partido frente a Nueva Zelanda, siendo así el jugador más joven en debutar con el equipo de la estrella solitaria. Sin embargo lo que quiere el
Niño Maravilla es jugar este domingo frente a Colo Colo, despedirse con goles y fintas, caños y gambetas, centros y tiros al arco, como es su costumbre, como lo marcan sus genes.
A Sánchez y a Agüero aún les falta para ser mayores de edad, van al colegio y no pueden entrar a locales nocturnos. Tampoco les interesa, son niños. Lo que ellos quieren, con todas sus ganas, es entrar este domingo a la cancha. Uno a la Doble Visera, el otro al Monumental. Pero no pueden...los adultos no le dan permiso.