Blog creado con la finalidad de aparecer en la revista TIMES y sus famosos rankigs

sábado, abril 29, 2006

Análisis escuelero de Cinema Paradiso


En esta película italo-francesa del año 1988, escrita y dirigida por Giuseppe Tornatore, producida por Franco Cristaldi y protagonizada por Philippe Noiret, Salvatore Cascio, Marco Leonardi y Jacques Perrin el arte se encarna en vida y el cine se torna conciencia. Son casi dos horas de un extraño impulso vital que repleta la pantalla con imágenes efervescentes, excesivas pero también sutiles y silenciosas. De la mano de Tornatore y la música de Ennio Morricone, que es indudablemente un factor fundamental en la intención artística de Cinema Paradiso, el autor logra asir la realidad y transmite su esencia por medio de una historia sencilla y común que traspasa la barrera del celuloide.
Cinema Paradiso es el relato de la vida en una pequeña aldea siciliana, luego de la Segunda Guerra Mundial. Trata de los recuerdos de un hombre, Toto, acerca de su infancia y de su relación con el mundo del cine, iniciada gracias a su amigo Alfredo, que trabaja proyectando películas en el Cinema Paradiso. La pasión de Alfredo por el cine es transmitida al niño, que se convierte en su sucesor, luego del fatídico incendio del Cinema Paradiso en el cual Alfredo pierde la vista. Toto se transforma, además, en testigo de los cambios que se producen en el cine como consecuencia de la técnica. En este pueblo, en el que el único entretenimiento es el cine, Toto pasa su infancia y parte de su juventud. Cuando se hace mayor, y tras haber terminado el servicio militar, emigra a Roma para prosperar y construir una vida mejor que la que le espera en ese pueblo siciliano. En Roma su vida mejora económicamente y quizá su reputación, pero no aumenta su felicidad ni encuentra a nadie a quién pueda amar de verdad. De esto parece tomar conciencia Toto cuando su madre le llama por teléfono para avisarle que Alfredo ha muerto.
En cada imagen, a cada segundo, la vida parece estallar en miles de situaciones diferentes y corrientes, propias, por lo demás, del surrealismo de Federico Fellini en donde la nostalgia de lo vivido parece ser el elemento desde donde nace todo el relato posterior. El mundo que plantea Tornatore asombra no sólo por lo sublime de su lenguaje, el cual es netamente popular, sino también por la honestidad y autenticidad de su testimonio. Una y otra vez Tornatore parece querer decirnos algo importante. ¿Qué es? Básicamente, susurrarnos su experiencia personal por medio de la historia de Toto pero, más que lo anterior, exponer poéticamente la influencia de las imágenes y los sonidos del cine para un pueblo que ve en las imágenes proyectadas en el telón sus propios sufrimientos y emociones engrandecidas. En este sentido, Tornatore muestra la vida en toda su extensión. El arte del cine adquiere peso sólo cuando lo que muestran sus obras son proyecciones de la realidad misma.
A grandes rasgos, lo que hay en Cinema Paradiso es una apología de la nostalgia en todas sus formas. Aparece, esencialmente, bajo la forma de retrospectiva con la propia vida de Toto. La muerte de Alfredo desata en él recuerdos, los cuales lo conducen en un viaje cuyo camino ya había olvidado. El tiempo es el encargado de escribir esta historia en donde Toto convoca al presente lo ya vivido. Lo salva, lo reivindica y finalmente lo asume. El amor perdido de Elena lo desarma en su juventud, ahora, sin embargo, aquellos recuerdos son dulcemente evocados en su imaginación. La vuelta a su pueblo natal luego de 30 años contiene la misma carga simbólica. Lo olvidado se hace concreto con su llegada y todo parece idéntico. Las palabras de Alfredo poco antes de la partida de Toto hacia Roma son una premonición de lo que encontraría a su vuelta. Toto se ha prohibido a sí mismo regresar. Sólo así la vida logra asumirse en su propia calidad. De no ser de este modo la cotidianeidad de lo corriente y la propia nostalgia de su entorno hubieran terminado por matar las ilusiones de Toto. Sólo en la distancia Toto es capaz de reconocer su pasado y perdonarse a sí mismo.
Al igual que en La guerra del fuego y en El baile el progreso es una herramienta narrativa de Tornatore. “Si el progreso hubiera llegado antes...” dice Alfredo con relación a las nuevas cintas no inflamables. Sin embargo, la propia frase de Alfredo se haya sujeta al momento histórico en el cual sucedió y no tendría ningún sentido si la historia no hubiera ido solamente en esa dirección. Es más, los propios anhelos de Toto se ven realizados con este curso de los hechos. La comunicación que se entabla entre los habitantes de esta villa es, entonces, en los términos que el progreso dicta y, más aún, en los términos que la comunicación del progreso dicta. Toda la película, desde este punto de vista, parece guiada por este idea, es decir, por el lenguaje exclusivo formado por la influencia del Cinema Paradiso y por la comunicación innata que se esparce por todos los niveles sociales de la villa, aún cuando esto no se explicite. La comunicación que se establece entre el relato y el espectador es también parte del mismo juego. Tornatore recurre a la memoria emotiva y rescata del olvido la intensa nostalgia de años que hoy parecen perfectos.
Por último, y quizás la semejanza más notoria con relación a lo que estamos analizando últimamente en el curso, es el mensaje político con respecto a la propagación de la cultura a través de la programación del cine. El padre Adelfio es quién decide, en última instancia, qué ver y qué no ver. El monopolio de la iglesia con respecto del conocimiento y su visión sesgada acerca de lo que la vida significa es también un síntoma que desaparece lentamente con el progreso, igualmente, de orden mental. El incendio del Cinema Paradiso no es tan sólo la renovación material de un nuevo edificio es, a la vez, el renacer espiritual de la villa y el vuelco de la historia hacia una visión de vida que no se niega y no se censura.
En síntesis, Cinema Paradiso es una película en donde cada escena tiene estrecha relación con la vida diaria. Esa vida que transita por delante de nuestros ojos y que si no somos capaces de asirla en el momento indicado, como si lo hizo Toto al partir a Roma, se escabulle y quién sabe si volverá a pasar nuevamente ante nosotros.

8 Comments:

Blogger Matías W. Rojas said...

wena película.. salu2

8:59 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Aún no sé como llegue a postearte... definitivamente el primer tema no era de mi interés ni el segundo ni el tercero... pero aún así no abandoné tu página "rarísimo" y la respuesta la encontré aquí... el destino quizo que leyera uno de los mejores análisis que he encontrado sobre nuovo cinema paradiso que sin duda es una de mis películas favoritas...
Que gratísimo leerte...
Saludos
BettyBoop

12:19 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Te felicito por tu comentario. Esa película de mierda cada vez que la veo desde su estreno, me hace llorar desde que empieza hasta que termina, y está muy bien lograda; y me cago en las sensiblerias, pero golpea muy en lo profundo de la vida: el amor, el adios, y la muerte con la vida en sí misma.
Saludos. Alejo

1:13 p. m.

 
Blogger Unknown said...

muy bna pelicula

6:02 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

tu wea mala

8:14 p. m.

 
Blogger Alma Áurea. said...

Curiosa tu visión de Toto. Para mí, el que se haya marchado de su pueblo fue una pésima idea, ya que no se fue buscando realizarse, pues él era feliz en el pueblo, encargándose del cinematógrafo, esta idea de la realización era más bien idea de Alfredo, quien perdió sus sueños por falta de oportunidades y se arrepintió de ello al final de su vida, y por ello su necesidad de "salvar" a Toto de la misma suerte.

Aunque no niego que Toto cambió su vida al irse del pueblo, y mejoró su futuro, él se fue en realidad huyendo del dolor del amor no correspondido. Como huyó, no lo resolvió. Como no lo resolvió, no pudo volver a enamorarse, así que sin importar cuán afamado, respetable, rico o realizado se haya vuelto, el costo fue vivir una vida sin amor, lo cual, para mi, no lo vale, es muy triste. Cuando él regresa a su pueblo y se da cuenta que, sin importar el tiempo y la distancia, aquello que no resolvió sigue doliéndole en el alma, es para mi una de las escenas mas tristes de la película, pues me da la impresión de que desperdició su vida... pero supongo que la interpretación es distinta de acuerdo con los valores personales.
Muy bueno tu análisis. Me gustó leerte.

1:54 p. m.

 
Anonymous Aprile said...

aaawwww, amo esa pelicula, yo tambien recuerdo con nostalgia mi infancia gracias a ella, es una obra de arte. Exelente analisis, felicidades...

9:34 p. m.

 
Blogger Unknown said...

Acabo de ver por segunda vez la película, la anterior vez me golpeo emocionalmente de tal manera que, durante todo este tiempo de una u otra manera la tuve presente, de tal forma que si la primera vez me emociono despertando sentimientos encontrados pero sabiendo que eran genuinos, esta segunda con el condicionamiento de la música me arrancó las lágrimas por doble motivo, la nostalgia de la primera vez y la de mi propia vida, el análisis es impecable, así mismo alma los enriquece con una visión más cruda y racional, psicológica, y al mismo tiempo lúcida, gracias por compartir vuestro análisis, me a ayudado a integrar la película con mi propia historia emocional. La película me parece una grandísima obra de arte, llena de matices sutiles, pero hechos con plena conciencia, aparecen señales, como cuando Toto adolescente, recostado en la bahía mientras se proyecta la peli al aire libre, y rememora con tristeza la ausencia de Elena, comienza a llover se va todo el mundo y aparece Elena, con ese beso apasionado bajo la lluvia. Perseguir los sueños, seguir las señales, tener fé en lo que deseamos,..., y como a vecés nos torcemos en la vida el camino y perdemos la frescura en el vivir, en el sentir, en definitiva un canto a la vida y al arte, y nos recuerda debemos amar lo que hacemos con pasión.

10:52 a. m.

 

Publicar un comentario

<< Home